viernes, 20 de febrero de 2009


   

   Que tal blog lectores, estamos a vísperas de la primera fecha esperada por cada uno de los venezolanos luego del bochinche decembrino, ya vienen… ya están aquí… son los carnavales; para muchos un asueto para vacacionar, alejarse del tumulto de las actividades diarias (y nocturnas), para otros una ocasión perfecta para quedarse en casa a descansar (aunque sea obligado por falta de efectivo) y para otros la bendición del calendario para liberar su lado salvaje. Y es que aunque el carnaval es una época linda en la que vamos por el carro o la calle y vemos a los peques disfrazados… y decimos: “allá va una blanca nieves… que bella, allá va un zorro que simpático… allá va un Spiderman ¡ que disfraz!… allá va… va… un Huguito y un Rosalito???!!! … que padres tan hijos de… “.

   Decir carnaval suena a playa, a río, a sancocho, en fin a diversión. Pero también decir Carnaval es decir miedo al cruzar una esquina de un edificio, recordar el temor que de niño sentíamos cuando íbamos al liceo un viernes de carnaval y al cruzar una calle venia de frente una patota de 30 desadaptados sociales donde lo más limpio que llevaban en las bombas era una leche piche de 12 días (yo si lancé leche piche a mis amiguitos ¿y que? Jajaja). A otros les da por congelar sus bombas, lo que las convierte en una arma mortal casera, da lo mismo y sale mas barato lanzar piedras (por favor, si algún niño lee esto no tome lo anterior como un consejo), se que si existieran los MITHBUSTER VENEZOLANOS podríamos hacer una prueba de balística para determinar el antigua mito de las calles… que una bomba congelada bien lanzada causa el mismo daño que una piedra del mismo volumen, claro que el muñeco no se llamaría Buster (como se llama el muñeco de pruebas de la serie) sino seguro tendría un apodo como “el chino”, “el cara de defensa de autopista” o de plano “El negro” o alguna vaina así con que los venezolanos nos inventamos pseudonombres. El punto es que esta es una época de horror para los transeúntes, quien no se ha encerrado en su casa lunes y martes a sabiendas de que pandillas de la urbanización o barrio vecino hacen rondas continuas de vigilancia?.

   Lo lógico es pensar… y si somos tantos los que odiamos los juegos pesados… por que nos j…. tan pocos? De seguro debe haber más de una forma de combatir el crimen carnavalesco, por que rabia da que te mojen en carnaval luego de haberte bañado, o que te llenen el cabello de harina o que te unan las manos con pega loca industrial (creo que estoy demasiado creativo jajaja). Últimamente vemos con frecuencia en el estado Aragua como en fechas de carnavales hay que reparar alguna tubería matriz de agua lo que nos deja sin el transparente liquido una semana al menos… (Esta vez nos tocan 6 días sin agua) y conversándolo ahora después del almuerzo ya que la continuidad de la casualidad… no parece coincidencia, suponemos que es alguna medida para prevenir la mojadera y con esto palear un poco la violencia y los heridos endosados. Aunque… jajaja… siempre hay un aunque, yo me pregunto… ¿no será esta medida contraproducente?, que es lo primero que hace un niñito cuando se le acaban las bombas de agua?... una pista… no es irse a su casa a dormir… nooo… es empezar a lanzar mangos, limones, tomates podridos y cuanta verdura que parezca pasada se consiga en el refrigerador. Los más grande son mas valientes y se atreven a jugarse con hielos, con tierra, ladrillos, piedras, la mencionada (y efectiva) leche podrida, jugo podrido y hasta otros líquidos corporales de fácil recolección jajaja… todo esto hace muy inconveniente no tener agua, lo que en mi opinión podría generar mas violencia aún. Ustedes se imaginan como reaccionaría alguien si lo bañan de alguno de los líquidos anteriores y que además no tenga agua suficiente para quitarse el olor a huevo podrido? … se forma la verdadera tangana, seguro escucharemos “hay… por que le esta cayendo a batazos?... es que le lanzaron tomates podridos y aun hay 3 días sin agua… ” que va, quizás dejando el agua, nos juguemos sólo con agua (es solo una teoría) y dejemos la leche, los huevos en paz y vayamos al baño como debe ser.

   En fin, son reflexiones perfectamente válidas para reflexionar sobre el corte de agua en estas fechas… el agua es vida jajaja… definitivamente en cualquier contexto… así amigos que sea cual sea que sea su destino, playa, cama, arena o montaña tenga cuidado con aquellos que tienen el carnaval sádico, no salga de casa sin revisar sus llantas, frenos y colocar el bate “amansa guapos” debajo del asiento… 


Vivir es alegría… y que alegría es vivir… buena vibra a todos… felices carnavales!


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